domingo, 24 de octubre de 2010

No hay de qué preocuparse

No es "por qué" preocuparse...

Sé que pasará algo bueno.
Por pequeño que sea, "voy a tener suerte", como dice el Google.

Porque sí, Porque lo voy a condicionar de la mejor manera que pueda. No total, porque las cosas ocurren...
Cuando tienen que suceder. Y eso es lo que voy a respetar, esa línea entre lo posible y lo que no se puede orientar. ¿Cómo? Ya vendrán las cosas. Y si no vienen, pues... ¿qué? Nada. Todo tiene una causa. Como si no entro en esa carrera que tanto adoro...

Puedo hacer lo que pueda por entrar, otra cosa es que me dejen entrar.
Es un ejemplo, a la vez metafórico.

Mi problema es que no aguanto esta presión en la cabeza. Una cosa, otra, otra más... Y ya no doy a basto. Sé qué es lo que debo eliminar.

Le di a "Delete" y "BUM"...
Se ha ido.


Ahora tengo más espacio en el disco duro.

 
Gracias por desaparecer. Y a la vez gracias por aparecer a esa otra cosa que ocupa menos.

Digamos que está en una carpeta comprimida.

Ya la abriré, "si eso".

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